Los colour-blind castings consisten en la práctica de ofrecer papeles a artistas pertenecientes a minorías étnicas. Se refiere al hecho de obviar la etnia, raza, o género en papeles en los que estas características no son exigencias de guion. En España, aunque el concepto tomó fuerza con la exitosa serie de Netflix «los Bridgerton», no es un concepto nuevo. En 1986 se fundó el «The Non-Traditional Casting Project» para examinar problemas de discriminación relacionados con artes escénicas. Algunos sostienen que este tipo de prácticas están relacionadas con lo que se conoce como acción afirmativa. Este no es así ya que no se defiende priorizar unos artistas sobre otros por su pertenencia a minorías. Lo que defiende es el acceso a las oportunidades en igualdad de condiciones. Sin embargo, la controversia de los colour-blind castings ha estado presente desde que naciera el concepto, y en España, se ha avivado recientemente.
La controversia de los colour-blind castings en España.
Recientemente, en abril de 2022 en Madrid se abría un debate «pionero» para implementar este tipo de castings. Limbo Producciones llevaba al parlamento madrileño una Proposición No de Ley para fomentar los colour-blind castings en la Comunidad de Madrid. Aunque no es la primera vez que en España se debate sobre este asunto, sí es cierto que nunca antes se había encauzado a través de una propuesta de estas características.
El pasado 4 de mayo la asamblea de Madrid votó a favor de esta proposición No de Ley. Así, se instauraban los castings abiertos y todo el mundo estaba feliz con una medida que zanjaba todo tipo de controversia. Esto sería lo deseable pero la realidad es que no fue así. La controversia de los colour-blind estuvo presente antes de la votación e incluso ha tomado fuerza tras salir favorable. Pero, cuál es el motivo de esta controversia? Diversidad cultural y racial en televisión e igualdad de oportunidades para todos los artistas parece algo deseable que nadie podría no desear. Entonces, ¿porqué se genera controversia en torno a los colour-blind castings si estas son las novedades que promete introducir?
Algunas voces a favor de esta medida han sufrido a lo largo de su carrera la falta de oportunidades. Muchos artistas sostienen estar encasillados en los papeles de inmigrante irregular en los que incluso tienen que impostar acentos. En la realidad, al menos en España, estadísticamente es cierto que los actores racializados se suelen ver relegados a roles estereotipados relacionados con la inmigración o la marginalidad. Por tanto, muchos de ellos reconocen que lo que busca esta PNL es abrir los castings a todas las personas, al margen de su raza, color de piel o género.
Motivos para rechazar los colour-blind castings
Hay personas que están en contra de esta medida o que no aceptan su utilidad ya que podría acarrear una limitación en la libertad creativa de directores o guionistas. Ambas opiniones aceptan y reconocen esa problemática que se da en el panorama artístico en España, pero no comparten la solución. En primer lugar porque en muchos países existe una diversidad cultural creciente en este sentido sin necesidad de legislación. Actualmente hay una tendencia al alza de incluir en los repartos papeles donde estén representados actores y actrices de todo tipo. De hecho, he leído críticas destructivas a series por meter «con calzador» personajes sin sentido solo por mor de la diversidad cultural.
Recuerdo una serie brasileña en la que los protagonistas eran personas de todo tipo e índole; una mujer asiática, un hombre negro, una mujer blanca, un mulato en silla de ruedas… En la realidad, no habría ningún problema con un grupo de personas de estas características, pero en la ficción, están ahí porque han sido elegidas minuciosamente. Esta elección minuciosa que se da en los castings es el argumento principal de las personas que están en contra de los castings abiertos o no los reconocen como la solución.
Las restricciones que se imponen en los castings responden a las exigencias de las características de los propios personajes. Según la directora de casting Rosa Estévez, el director de casting hace una petición para un determinado papel, lo suele hacer de forma concreta y esto condiciona el resto del reparto. Si el director busca un personaje protagonista blanco y rubio, su familia y sus hijos tendrán las mismas características a menos que el guion establezca lo contrario. Si el guion no lo específica, es complicado justificar la presencia de según qué personajes. Se trata de una discriminación impuesta por el guion, de igual modo que un catalán de 50 años no podría hacer el papel que interpretó Jesús Castro en «El niño» y no se le está discriminando por ser mayor o por ser catalán, si no que simplemente no encaja dentro de las exigencias del guion.
Los castings abiertos lo que facilitarían es que el señor catalán de 50 años pudiera presentarse al casting de «El niño». Sin embargo, esto sería una pérdida de tiempo para ambas partes ya que el director de casting tiene claro qué es lo que quiere, y por eso lo concreta. Según la representante de artistas María Ibarra, el representante postula al artista que más se ajusta a la petición y la decisión final es del director que propone. La representante sostiene que un artista no puede optar al personaje que quiera, si no que tiene que dar el perfil.
La industria unida en el fin pero no en el medio.
Algunos artistas no aceptan las premisas anteriores y consideran que sí que existe discriminación. Lo que afirman es que se ofrecen personajes no definidos étnica y racialmente por ser irrelevante para el guion, y sin embargo no se tiene en cuenta a artistas pertenecientes a minorías para interpretarlos. Defienden que se sienten relegados y abandonados ya que para este tipo de procesos las selecciones siempre están, según ellos, reservadas, en la práctica, únicamente para actores blancos. Para defender estas afirmaciones se basan en el número de castings que tienen disponibles. No existen cifras oficiales pero muchos artistas blancos reconocen que tienen de media muchos más castings que sus compañeros de gremio pertenecientes a minorías. Por tanto, la falta de presencia de estas personas o la falta de diversidad es, al menos en España, cuestionable.
Sin embargo, cambiar el proceso de selección de un personaje no cambiará nada, y esta PNL quizás sea una maravillosa propuesta pero puede no ser suficiente. Es evidente que todos en el sector desean que las oportunidades sean las mismas para todos y lamentan que haya actores raciales encasillados. Sin embargo, la solución que se propone no es unánime. Mientras que un sector apostó por los castings abiertos, otro sostiene que la propuesta debería de ir un más allá. Se debería fomentar en origen que los guionistas creen personajes más abiertos a cualquier tipo de actor. Esto es así ya que una vez creado el personaje, con sus características, la persona que lo interpretará queda muy acotada. El director del casting tiene la última decisión pero se trata de una decisión muy limitada a las exigencias del guion.
Conclusiones
Esta PNL aprobada por la Asamblea de Madrid persigue un fin plausible pero para algunos dicho fin ya se encuentra instaurado en la práctica. Mientras que unos sostienen la discriminación que sufren en papeles sin especificación étnica o racial, otros sostienen que un representante tiene la capacidad de enviar a cualquiera de los artistas a los que representa, si estima que da el perfil. La controversia de los colour-blind castings está encaminada hacía un objetivo que quizás podría conseguirse mediante otros medios.
Lo que está claro, es que esta medida es una declaración de intenciones. Quizás, el siguiente y más efectivo paso sea el que proponen los detractores de la medida. No tanto abrir los castings si no promover y fomentar junto a productoras y directores la creación de personajes más diversos. Son ellos, en cualquier caso, los que tienen la capacidad de darle a su producción un sentido u otro y conseguir reflejar, o no, una sociedad pluralizada. Esto, evidentemente, sin atentar contra la libertad creativa de ninguno de ellos, sin cuotas ni exigencias que llevarían en muchas ocasiones al absurdo.